Sobre el papel, el hidromiel, también conocido como aguamiel, es un brebaje sencillo. Miel, agua y levadura. Fermenta y ¡voilá! Una deliciosa bebida dorada.
Pero bajo esa apariencia sencilla (porque elaborar un hidromiel de calidad requiere un poco más de esfuerzo...) no sólo se esconde una bebida compleja, sino también una rica historia. Es una de las bebidas alcohólicas más antiguas del planeta.
Aunque en gran parte del mundo no es una bebida muy conocida hoy en día y aunque pueda parecer la menor de las bebidas antiguas si contamos con la cerveza o el vino, en realidad, el hidromiel podría ser más antiguo que ambos.
El nacimiento exacto del hidromiel es todavía objeto de debate, pero hay quien afirma que el tantas veces apodado "néctar de los dioses" es tan antiguo como el surgimiento de los propios dioses. O, al menos, tan antiguo como nuestra relación con las abejas.
Las cerámicas antiguas encontradas en Asia y Europa sugieren que el hidromiel existe desde hace 8.000 o 9.000 años, con posibles orígenes tan lejanos como el 20.000 a.C. Y dada su corta lista de ingredientes básicos, no es difícil imaginar a las antiguas civilizaciones disfrutando de su aguamiel.
Algunos indicios apuntan a que el aguamiel fue descubierto por tribus de la sabana africana allá por el año 20.000 a.C. Como muchas otras cosas en la historia de la humanidad probablemente fuera el resultado de algo fortuito.
De hecho, algunos historiadores creen que el hidromiel se descubrió por accidente. La miel se mezcló con agua durante una tormenta, fermentó mediante levaduras silvestres naturales y produjo algo totalmente nuevo.
Se cree que la miel es un sustento que la humanidad ha buscado desde los albores del tiempo. Era sin duda un alimento calórico muy deseado y el aguamiel, además de provocar ciertos efectos derivados de su contenido en alcohol, permitía generar mucha cantidad de bebida con una menor cantidad de miel. También sabemos que en la antigüedad las bebidas alcohólicas suaves sustituían frecuentemente al agua para evitar los problemas de conservación y potabilidad de esta.
Es muy probable que el hidromiel haya sido una bebida común también para las primeras civilizaciones. Los antiguos griegos honraban a Baco, considerado durante mucho tiempo el Dios del Hidromiel antes que el Dios del Vino. También se han encontrado indicios de hidromiel en la cámara funerario de la tumba del rey Tut en Egipto.
A lo largo de los siglos la bebida ha aparecido con frecuencia en obras literarias populares. Se consume mucho en el poema épico Beowulf, se menciona en Los cuentos de Canterbury, de Chaucer, e incluso la comparten personajes de El Señor de los Anillos, de J.R.R. Tolkien.
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Básicamente, mezclar un cuarto de kilo de miel por cada 10 litros y levadura produce aproximadamente una bebida con un 1º de graduación. La graduación alcohólica que buscan los fabricantes oscila entre los 4 a 10º (basta con variar la cantidad de miel). La mezcla se deja fermentar durante 3 meses y luego se embotella.
El sabor del hidromiel varía según su fabricación y tipo de miel y aunque su sabor suele ser generalmente dulce, existen algunos con toques amargos y existen variedades aderezadas con hierbas. El hidromiel suele presentar también cierta cantidad de gas.
El hidromiel y los vikingos están estrechamente relacionados en la historia y la cultura escandinava. Es también conocido como "mjöd" en la lengua nórdica antigua:
Conocidos por sus prácticas apícolas, los vikingos recogían miel pura colocando panales en una bolsa de tela y dejándolos escurrir. Después, estos panales se machacaban en agua para obtener un hidromiel de segunda calidad. De menor calidad, pero más barato de producir.
El hecho de que los vikingos produjeran dos tipos diferentes de hidromiel (con versiones de miel pura reservadas sólo a la realeza) subraya por qué el hidromiel perdió popularidad durante el siglo XVII: era demasiado caro de elaborar. Además, era imposible satisfacer la creciente demanda de miel. Extraer la sustancia de los panales llevaba tiempo.
Estas complicaciones, unidas a la creciente popularidad de la cerveza y el vino (que podían elaborarse de forma más barata), hicieron que el aguamiel fuera perdiendo paulatinamente su importancia.
A pesar de la pérdida de popularidad del hidromiel en el siglo XVII, sigue siendo una bebida que ha influido en nuestra cultura. Uno de los ejemplos más conocidos es la luna de miel, que viene de la costumbre nórdica de que los recién casados bebieran hidromiel durante la primera luna llena tras su boda.
También hay quien apunta a que la famosa ambrosía o néctar de los dioses hiciera referencia al aguamiel. Ya sea por sus auténticas funciones medicinales (en gran parte producto de la miel, rica en nutrientes) o por sus capacidades místicas de fuerza e ingenio, el hidromiel cimentó su lugar entre las bebidas más famosas.
En la actualidad, el hidromiel está resurgiendo. Cada vez hay más fábricas de hidromiel tanto artesanales como industriales, y esta bebida es una de los protagonistas de los festivales medievales de todo el mundo.
Algunos consideran este "renacimiento" un producto de programas populares como Juego de Tronos. Otros, sin embargo, te dirán que es simplemente una cuestión de tradición. El hidromiel es una bebida real que luce con orgullo las historias de reyes, reinas, caballeros y vikingos como medallas de honor.
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