El algodón de azúcar es un alimento muy popular en ferias, parques de atracciones o circos. Su textura fibrosa lo hace único entre las golosinas.
Los dulces se fabrican desde hace miles de años, pero la invención del algodón de azúcar es relativamente reciente. El verdadero algodón dulce no pudo introducirse hasta la llegada de los nuevos avances de la industria azucarera.
Antes de existir en su forma actual, los predecesores del algodón de azúcar fueron los anillos de oro dulce que parecían vidrio fundido y fueron creados por chefs europeos. Eran pegajosos y podían hacerse de muchas formas.
Probablemente también habría otro tipo de precursores en forma de decoración de pastelería. Se sabe que, desde al menos el siglo XVII, pueden crearse hilos de azúcar fundiendo este alimento y cogiendo una pequeña gotita con cualquier palo o tenedor y luego sacarlo para dejar que caiga un fino hilo que se enfría al contacto con el aire. A esta preparación se le llama azúcar hilado.
La primera máquina eléctrica de algodón de azúcar fue inventada en 1.897 por William Morrison y John C. Wharton, fabricante de caramelos de Nashville, y presentaron el algodón de azúcar a un amplio público en la Feria Mundial de San Luis de 1.904 como “Fairy Floss” (hilo de hadas) con gran éxito, vendiendo 68.655 cajas al precio de 25 dólares de entonces, que era la mitad del coste de la entrada a la feria.
Obtuvieron una patente para proteger esta máquina y un año después, las máquinas de Fairy Floss comenzaron a aparecer en las tiendas de caramelos.
Desde la invención del algodón de azúcar a hoy en día, muy poco ha cambiado con respecto a este dispositivo. Funcionaba de forma muy parecida a las máquinas de algodón de azúcar actuales, calentando el azúcar hasta un estado líquido y empujando el jarabe a través de una superficie con agujeros para crear las hebras de azúcar.
Ha habido mejoras en el diseño de la máquina y para aumentar la fiabilidad, porque las primeras máquinas de algodón de azúcar traqueteaban y se rompían constantemente, pero el concepto sigue siendo el mismo. En la década de 1.920, el Fairy Floss pasó a llamarse algodón de azúcar.
En 1.900, Thomas Patton recibió otra patente por su trabajo con el azúcar caramelizado y la formación de largos hilos de éste con un tenedor. Más tarde utilizó una placa giratoria a gas para hacer girar el azucar fundido y formar los hilos.
En 1.949, Gold Metal Products de Cincinnati, Ohio, introdujo una máquina de algodón de azúcar con una base de resorte que ayudó enormemente. Hoy en día, fabrica casi todas las máquinas de algodón de azúcar.
Debido a la falta de máquinas automatizadas que pudieran producir suficientes productos para su distribución generalizada antes de la década de 1.970, el algodón de azúcar sólo se producía a pequeña escala. Entonces, en 1.972, se patentó una máquina de algodón de azúcar para su fabricación y envasado automáticos. Esta máquina permitió la producción en masa de algodón de azúcar.
Tootsie Roll of Canada Ltd., el mayor fabricante de algodón de azúcar del mundo, elabora una versión de algodón de azúcar con sabor a fruta y de textura esponjosa.
Una máquina de algodón de azúcar utiliza azúcar, una placa caliente, fuerza centrífuga y pequeños agujeros para crear esta popular golosina.
Veamos paso a paso lo que ocurre en el interior de la máquina:
La típica nube de algodón de azúcar pesa aproximadamente unos 30 gramos. Es tan ligera porque básicamente está formado por una pequeña cantidad de azúcar y aire.
Tiene un valor energético de unas 370 calorías por cada 100 gramos por lo que una nube promedio aporta poco más de 110 calorías. Está compuesto principalmente de hidratos de carbono en forma de azúcar, un 94,1% y un 5% de proteínas.
Los ingredientes básicos del algodón dulce son azúcar y colorante alimenticio. Sin embargo, es común que los fabricantes del azúcar preparado para algodón, añadan algún saborizante.
Hoy en día, el algodón de azúcar está disponible en muchos sabores diferentes, como plátano, frambuesa, vainilla, sandía y chocolate. Para la producción de estos sabores se pueden utilizar tanto aromas artificiales como naturales.
Hoy en día es fácil encontrar preparados que pueden comprarse ya con colorante y aromatizados. En cualquier caso el mejor azúcar para hacer algodón es sin duda el azúcar refinado al 100% sin mezcla.
Los mejores son los habituales de caña y remolacha pero siempre mirando que su refinado sea el máximo y que no tengan ningún adictivo o estén mezclados con otros tipos de azúcares.
Si no encuentras el refinado, elige siempre el azúcar de caña o remolacha más blanco que encuentres y mira que no haya otros azúcares. Las máquinas no están pensadas para trabajar con otras sustancias que pueden dañarla y obstruirla.
Aunque es un proceso muy simple, si quieres saber cómo se hace el algodón de azúcar puedes verlo en este vídeo donde se hacen dos colores de algodón de azúcar y uno de ellos esta aromatizado: