¿Te has dado cuenta de que, en cuanto te acabas un helado, te quedas sediento? Todo el azúcar te da vueltas en la cabeza y se te seca la parte posterior de la boca. Se supone que el helado es refrescante, sobre todo cuando hace calor, así que sentirse deshidratado inmediatamente después de comerlo es, como mínimo, un poco desconcertante.
Incluso la industria está en ello. ¿Qué hay detrás del mostrador de tu tienda de helados donde se exponen todos los sabores? Una nevera llena de botellas de agua. Entonces, ¿qué está pasando aquí? ¿Hay realmente algún tipo de reacción química en juego?
Realmente la sed es causada por dos ingredientes:
La investigación muestra que comer algo dulce desencadena el hígado para liberar una hormona (llamada FGF21). Una vez que la hormona llega a tu torrente sanguíneo, viaja a tu hipotálamo y esencialmente le dice a su cerebro que tiene sed. Hay otras cosas que también desencadenan esta respuesta, como beber alcohol que estimulará esta "conversación" entre el hígado y el cerebro, al igual que una dieta alta en grasas y baja en carbohidratos, como la dieta cetogénica.
Es la misma sensación que explica tu sed después de comerte una porción de tarta o cualquier otro dulce. Básicamente, tu cuerpo está intentando equilibrar todo el azúcar que acabas de ingerir. Sin embargo, puede que el azúcar no sea el único ingrediente culpable de la intensa sed que aparece cuando te zampas una porción de helado dulce y refrescante.
La sal es un ingrediente común en la elaboración de helados, y también puede hacer que te sientas sediento y aumentes tus ganas de beber agua. Dicho esto, conviene aclarar que el mecanismo por el que los dulces desencadenan la sed no es el mismo que el de la sal y su capacidad para hacer que busques un vaso de agua.
Así que no, la respuesta a la sed después del helado no está en tu imaginación, sino en tu sangre y en tu cerebro, con el azúcar y la sal activando todas las señales.
Máquinas de Helados y Sorbetes para Todos
Ahora que ya sabes de donde viene tu sed tras comer helado, podrías preguntarte si es recomendable beber agua. La respuesta es un rotundo sí.
Como hemos visto, las señales que te manda tu cuerpo están plenamente justificadas. Al beber agua reduces los posibles efectos deshidratantes y "nocivos" del helado. Por supuesto, esta no es una solución mágica y no debería servir de excusa para excederte.
De cualquier forma, recuerda beber agua o cualquier otro líquido hidratante evitando echar mano de cosas como refrescos, bebidas isotónicas o alcohol que en este caso, sólo servirán para agravar aún más el problema.
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