¿Por Qué Duele la Cabeza al Comer Helado?

¿Por Qué Duele la Cabeza al Comer Helado? - Jayel Aheram para Wikimedia Commons

Muchas personas de todo el mundo han experimentado al menos una vez en su vida extraños y breves dolores de cabeza relacionados con el consumo de bebidas y alimentos fríos. En los últimos 50 años, el repentino aumento de la popularidad de los helados provocó la propagación de esta afección.


Tabla de Contenidos:

CausasCómo evitarloCuál es el verdadero nombre de este dolor¿Es peligroso?Curiosidades

Por qué cuando comes helado te duele la cabeza: Causas


¿Cómo puede un refresco, un helado o cualquier otro alimento frío provocar un dolor tan intenso que desaparece pocos segundos después sin dejar rastro? La medicina moderna exploró esta interesante condición buscando las pistas en los procesos metabólicos que se centran en nuestra boca y cerebro. Tras muchos años de curiosa investigación, por fin hallaron respuestas.

Un gran porcentaje de las personas que consumen helado (¡y el helado es, según los científicos, el principal culpable!) pueden experimentar con regularidad dolores de cabeza por "congelación del cerebro". Hasta ahora no han descubierto por qué algunas personas son susceptibles a esta afección y otras no, pero al menos sabemos (más o menos) por qué ocurre.

La causa de estos dolores de cabeza instantáneos está en un reflejo natural del cuerpo que se confunde en los momentos de cambios bruscos de temperatura. Para ser más precisos, nuestro cerebro monitoriza la temperatura de nuestro cuerpo con muchos sensores neuronales, siempre intentando protegernos de cualquier daño y dándonos un tiempo precioso para reaccionar a los cambios repentinos.

Uno de esos sensores se encuentra en el paladar y es la razón principal por la que podemos sufrir este repentino dolor. Cuando una bebida fría, un alimento o, más comúnmente, un helado toca de repente el paladar, los sensores de temperatura de esa región envían una respuesta instantánea de peligro al cerebro, que reacciona inmediatamente con más fuerza de la necesaria.

Pensando que todo nuestro cuerpo está en peligro, el cerebro ordena a los vasos sanguíneos de las regiones de la cabeza que se contraigan, lo que permite regular el flujo sanguíneo y prolongar la supervivencia del cerebro en el ambiente frío. Después de varios segundos, cuando nuestro cuerpo se tranquiliza al saber que el cambio de temperatura no era algo permanente, los vasos sanguíneos se dilatan, lo que provoca un aflujo de sangre al cerebro.

Esa repentina afluencia de sangre provoca dolores de cabeza. Todo el proceso dura sólo unos segundos, y es más evidente con el helado frío, especialmente cuando lo comemos más rápido (que puede ser más comúnmente observado en niños que quieren disfrutar de sus golosinas frías tan rápido como sea posible). Según algunas pruebas, los dolores de cabeza por congelación cerebral suelen durar unos segundos, pero algunas personas los sienten hasta cinco minutos.

¿Cómo evitarlo?

No existe cura para esta afección, pero si una forma muy sencilla de evitarlo. Si se es propenso a la congelación cerebral, lo mejor es comer siempre ese alimento o bebida más despacio.

Además de eso, es conveniente calentar el líquido en la lengua o en las mejillas y evitar exponer al paladar en lo posible para evitar que se active el reflejo.

¿Cuál es el verdadero nombre de este dolor?

Su nombre médico es ganglioneuralgia esfenopalatina, aunque también es normal referirse a ella como cefalea por estímulos fríos.

Recibe este nombre porque el dolor se origina en el ganglio esfenopalatino. Este ganglio interviene en el flujo de sangre de la mucosa nasal y en las secreciones lacrimales.

Su ubicación está al final de las fosas nasales, aproximadamente por encima de la parte blanda del paladar (donde también se encuentra la campanilla). Aunque no está en contacto directo con él, sus ramificaciones sensoriales alcanzan todo el paladar.

¿Es peligroso para el cerebro?

No, esta cefalea no puede causar daño cerebral. Es un dolor intenso sí, pero pasajero, superficial y no enfría el cerebro en un grado apreciable.

Curiosidades

Terminemos con algunos datos y curiosidades sobre este dolor:

  1. La congelación cerebral es uno de los tipos de cefalea más frecuentes, y afecta a entre el 5,9% y el 74% de los adultos y entre el 38,3% y el 79% de los niños. En un estudio, investigadores de Taiwán examinaron a 8.359 estudiantes de primer ciclo de secundaria y descubrieron que el 40,6% de estos adolescentes sufrían congelación cerebral.
  2. Puede tener un componente hereditario. Los niños que lo sufren tienden a tener padres que también la experimentan.
  3. Algunas investigaciones muestran que las personas que experimentan congelación cerebral también tienden a sufrir migrañas.
  4. En algunas personas, ocurre cada vez que se come algo frío; por lo tanto, algunas personas evitan por completo comer helado y otras cosas frías.
  5. Cuando los padres y los hijos no tienen ningún antecedente de dolor de cabeza, el riesgo es menor.
  6. Como probablemente puedas adivinar, cuanto más rápido consuma una persona algo frío, más probable es que se produzca una congelación cerebral.
  7. Aún no se han dilucidado los mecanismos exactos de la congelación cerebral. Los expertos plantean la hipótesis de que puede estar causada por el enfriamiento de la sangre en la arteria carótida interna y el consiguiente vasoespasmo o vasoconstricción en sus ramas. La carótida interna irriga la cabeza y el cerebro (es decir, el Círculo de Willis). La vasoconstricción es un estrechamiento temporal de los vasos sanguíneos, que puede provocar dolores de cabeza. También puede verse afectado el nervio trigémino, responsable de la sensibilidad en la cara. La afectación del nervio trigémino podría explicar por qué este dolor se acompaña a veces de lagrimeo.
  8. Algunas investigaciones sugieren que las mujeres son más propensas a sufrirlo que los hombres. Esta observación es coherente con el hecho de que existe una mayor prevalencia de otros tipos de cefaleas en las mujeres.
  9. Por último, se ha especulado sobre por qué la congelación cerebral parece ser más común en niños que en adultos. En primer lugar, los niños tienen el paladar y la garganta más pequeños, por lo que se enfrían más rápidamente y los receptores se activan con mayor rapidez. En segundo lugar, los adultos pueden tener una mayor “resistencia” nerviosa a los estímulos fríos. En tercer lugar, es posible que los adultos hayan aprendido a consumir cosas frías más despacio, para minimizar el riesgo de sufrirlo.

Fuente: PsychologyToday.com

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