La mayoría de la gente sabe que las abejas elaboran miel. Pero, ¿sabes exactamente cómo lo hacen? Si sigues leyendo, te sorprenderá descubrir cómo estas pequeñas e inteligentes criaturas fabrican este increíble producto natural.
Veamos cómo se produce este proceso paso a paso:
El primer paso para fabricar miel es encontrar flores que produzcan néctar. Recoger este dulce líquido de las flores es el trabajo de la abeja obrera buscadora de alimento, y es muy buena en ello. Gracias a sus antenas altamente sensibles, una abeja recolectora puede detectar el néctar hasta a dos kilómetros de distancia. Las flores producen néctar a distintas horas del día, pero las abejas saben exactamente cuál es el mejor momento para visitarlas.
La abeja aspira el néctar con su larga lengua en forma de pajita, llamada probóscide, y lo transfiere a una bolsa especial llamada "estómago de miel". Si la abeja tiene hambre, abre una válvula en esta bolsa y libera parte del néctar en su estómago. Esto le da la energía que necesita para el duro trabajo de volar de flor en flor.
Las abejas melíferas pueden volar hasta cinco kilómetros desde sus colmenas en busca de alimento, aunque la mayoría de los vuelos son de unos 800 metros. Cuando la bolsa está llena, la abeja regresa a la colmena con su preciada carga de néctar.
La bolsa de miel puede almacenar casi 40 mg de néctar. Es mucho peso para llevar de vuelta, ya que las abejas sólo pesan unos 50 mg, ¡es poco menos que su propio peso!
Mientras busca néctar, la abeja también recoge polen en su cuerpo peludo. De vez en cuando se detiene para acicalarse, guardando el polen en pequeñas "cestas" en sus patas. El polen es importante para alimentar a las abejas jóvenes en la colmena. La miel cruda todavía contiene trazas de polen, lo que le confiere propiedades especiales que ayudan a la salud humana.
El importante trabajo de convertir el néctar en miel tiene lugar dentro de la colmena. En este momento, las abejas obreras más jóvenes, llamadas abejas nodrizas, toman el relevo.
El néctar pasa de boca en boca. A continuación, las abejas domésticas digieren el néctar durante unos 30 minutos, añadiéndole una enzima especial llamada invertasa. Esta sustancia convierte el azúcar complejo del néctar (sacarosa) en dos azúcares más simples: glucosa (azúcar en sangre) y fructosa (azúcar de la fruta).
El néctar pasa de una abeja a otra hasta que su contenido de humedad se reduce del 70% al 20%. En ese momento, las abejas llevan la miel a la parte superior de la colmena y la depositan en una de las celdas hexagonales abiertas del panal. Se necesitan muchas gotas diminutas de miel para llenar una sola celda.
El siguiente trabajo es madurar la miel, o secarla. Trabajando día y noche, las abejas utilizan sus alas para crear una brisa cálida que seca y madura la miel. Si el contenido de agua es demasiado alto, la miel fermentará. La miel bien madurada no puede contaminarse con hongos ni bacterias. De alguna manera, las abejas saben cuándo la miel está en su punto.
Cuando la miel se ha secado lo suficiente, las abejas sellan la celda del panal con cera, haciéndola hermética para que mantenga todos los beneficios. Estos sellos se llaman opérculos.
Las abejas utilizan la miel almacenada para alimentarse durante el invierno. También la mezclan con polen para hacer pan de abeja, con el que alimentan a sus crías.
Aunque las abejas producen más miel de la que necesitan, los apicultores siempre tienen que tener cuidado de no coger demasiada, pues de lo contrario las abejas pueden morir de hambre. Siempre es buena idea comprobar de dónde procede la miel. Los apicultores éticos aman a sus abejas y siguen prácticas sostenibles.
Hay dos formas principales de obtener la miel: con extractor o sin extractor.
El extractor es una máquina que extrae la miel de forma mecánica mediante fuerza centrífuga. El extractor es básicamente un tambor donde se colocan en vertical y de forma radial unos cuantos panales.
Lo primero que hay que hacer es eliminar con un cuchillo los opérculos de cera del panal (ver apartado Sellado de la celda del panal, en la foto anterior se va a una persona haciéndolo). Después se introducen los panales en el extractor. A medida que los panales giran, la fuerza centrífuga empuja la miel fuera de las celdas y hacia las paredes del extractor. La miel comienza a fluir hacia abajo y se acumula en la parte inferior del extractor.
Después, se abre una válvula en la parte de abajo y se puede recolectar la miel. En algunas ocasiones se necesita filtrar la miel para eliminar impurezas.
Existen varias formas de conseguir la miel sin extractor:
Ambos métodos destruyen los panales de cera en el proceso, pero son útiles si no se dispone de un extractor. Al final, se obtiene miel mezclada con cera, que puede ser lavada o derretida para su uso en diversas aplicaciones.
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