El científico e inventor estadounidense Thomas Adams es hoy recordado como el hombre más importante en la historia de la industria del chicle.
Antes de que él inventara el chicle moderno de producción masiva, hubo muchos otros ejemplos de uso de goma de macar a lo largo de los milenios. El primer hallazgo arqueológico de un tipo de goma de mascar fue descubierto en asentamientos humanos de 5.000 años de antigüedad en Finlandia.
En aquellos lejanos tiempos, muchas culturas antiguas (aztecas, griegos antiguos y egipcios) utilizaban varios tipos de gomas de mascar como refrescante bucal y accesorio medicinal. Sin embargo, ninguno de estos chicles se acerca a la calidad del obtenido por Thomas Adams.
El primer uso generalizado del chicle en la civilización moderna se produjo a principios del siglo XIX, cuando los asentamientos ingleses recogieron la práctica de mascar de los nativos americanos. Si has visto alguna película ambientada en el Oeste estadounidense, es probable que hayas visto a algún personaje mascar tabaco.
Varios inventores empezaron a vender gomas de mascar entre 1.840 y 1.870, sobre todo John B. Curtis (considerado hoy como el iniciador del uso comercial del chicle) y William Semple (que presentó la primera patente de goma de mascar a finales de 1.869).
No obstante, el cambio más significativo en la industria de las gomas de mascar llegó con Thomas Adams (1.818 - 1.905).
A lo largo de su vida, trabajó como fotógrafo, vidriero e inventor, pero su único gran invento lo realizó durante la década de 1.850. Trabajó como secretario del presidente mexicano Antonio López de Santa Anna (1.794 - 1.876). Santa Ana masticaba a menudo chicle del árbol local Manilkara Chicle y le sugirió que idease alguna aplicación para él.
Su goma natural tenía un gran potencial, y pronto, con la ayuda de Santa Ana, Adams comenzó sus experimentos con la esperanza de crear algún producto comercialmente viable. Su objetivo era primero desarrollar una alternativa barata a los entonces costosos neumáticos de caucho. Tras un año de ensayos infructuosos, abandonó la idea del caucho a base de chicle.
Un día, estando en una farmacia, vio a una mujer comprando goma de parafina para mascar y fue entonces cuando tuvo su particular epifanía. Recordó que Santa Ana y la población indígena de México habían disfrutado de mascar goma de chicle durante los últimos miles de años y decidió darle otra nueva oportunidad a aquel material para ver si podía crear una versión mejor.
El primer lote de chicles que creo era muy superior al popular chicle de cera de parafina que se utilizaba habitualmente en las farmacias americanas en aquella época. Junto con su hijo mayor, Tom Jr., Adams fabricó el primer lote de chicles modernos denominado "Adams New York No.1". Los moldeó en pequeñas bolas de chicle envueltas en papeles de seda de diferentes colores.
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Fórmula y Patentes
El periódico Brooklyn Daily Eagle describió así el proceso:
“La goma se extrae de las balas y se corta en pequeños trozos. Esta se liberan de la corteza del árbol y de las astillas mediante su selección y vaporización; luego se muele en molinos que giran a 3.400 revoluciones por minuto. La goma molida se somete a un ritmo continuo de 140 grados Fahrenheit en salas de secado. De aquí la goma se envía a un cocinero con delantal blanco, que le añade el azúcar más puro y la nata más fresca, pepsina granulada, cola en polvo u otro ingrediente deseado. Y lo cuece en un caldero con camisa de vapor donde se gira y se mezcla mediante un ingenioso calentador de doble efecto o una paleta giratoria hasta que adquiere la consistencia de la masa de pan.”
Tras el éxito inicial, Thomas Adams decidió ampliar su negocio. Estableció un pequeño centro de fabricación en el que empleó a 40 trabajadoras y patentó algunas máquinas para fabricar chicles. Su negocio creció y pronto alcanzó varios hitos importantes. En 1.871, Adams fabricó el primer chicle aromatizado del mundo, llamado "Black Jack", con sabor a regaliz. En 1.888, su empresa de chicles instaló la primera máquina expendedora (situada en una estación de metro de Nueva York), que vendía sus chicles aromatizados Black Jack y Tutti-Frutti.
Al año siguiente, Thomas Adams creó una nueva empresa llamada "American Chicle Company", que fusionaba a los seis mayores fabricantes de chicles de Estados Unidos. Siguió siendo miembro de su consejo de administración hasta 1.905, cuando murió.
Thomas Adams será recordado para siempre como el padre de la industria moderna del chicle.
